Puedo decir que el golpe en el momento casi ni duele, uno se resigna y trata de no mostrar debilidad mostrando una falsa fortaleza que hace las veces de adrenalina para los sentimientos, lo realmente jodido es cuando se va terminando progresivamente esta falsa sensación y te empieza a doler primero el pecho luego la cabeza y finalmente el alma.
Al parecer esto recrudece cuando llegan las noches o sin querer o queriendo vas a lugares que hacen saltar la memoria como un fantasma malintencionado que a uno del susto le hacen dar ganas de llorar.
Lo cierto es que hay que ser valientes y aprender a asumir los errores tragarse el orgullo y bajar la cabeza.
lunes, 13 de mayo de 2013
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